sexta-feira, 28 de novembro de 2008

EL CAZADOR DE RAÍCES

Hablar de Pablo Neruda es una tarea de las más difíciles. Por detrás del gran poeta que fue, había un hombre cuyo corazón latía por su América: de los antepasados, de la naturaleza y del amor. A través de sus versos defendió la justicia y la igualdad entre los hombres... Habló como nadie del amor y de la naturaleza... Su grandeza era poder escribir sobre lo sencillo. Por esto y por tantas otras cosas, ganó el Premio Nobel de Literatura.

Dejo a vosotros aquí, de tantos lindos poemas que tenemos por herencia de este gran poeta, uno de los que marcó mi existencia... La vida me lo regaló cuando estaba cursando las prácticas de lenguas portuguesa y española.

Se titula "El cazador de raíces".

Yo pertenezco a la fecundidad
Y creceré mientras crece la vida:
soy joven con la juventud del agua,
soy lento como la lentitud del tiempo,
soy puro como la pureza del aire,
oscuro como el vino de la noche
y sólo estaré inmóvil cuando sea
tan mineral que no vea ni escuche,
ni participe en lo que nace y crece.
Cuando escogí la selva
para aprender a ser,
hoja por hoja,
extendí mis lecciones
y aprendí a ser raíz, barro profundo,
tierra callada, noche cristalina,
y poco a poco más, toda la selva.






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